Mis primeros meses en París (ya ha llovido desde entonces) fueron los
de los grandes descubrimientos... además de visitar los monumentos y lugares
más recomendados , me gustaba "callejear" sin rumbo , por el placer de caminar
y descubrir ese otro París, el que no sale en las guías...
Recuerdo que , en mi primera visita al barrio de LE MARAIS (le quartier du Marais)
acabé (no sé muy bien de qué manera) en un lugar lleno de encanto : Le village St Paul
Dentro de este pequeño pueblo se esconde un entramado de callejuelas con
pequeñas tiendas de autor, galerías de arte, y restaurantes con encanto
Es difícil de encontrar, pero su visita merece la pena!